Que el dolor de hoy no duela
Hace sentir que el de mañana dolerá
Entonces que me duela todo hoy
Así nada me tiene que doler mañana.
Ana tiene un lápiz en la boca.
Ana mira alrededor y se reconforta de saber que esta en una biblioteca.
A Ana se le para una mosca en el café de maquina que esta cerca de la hoja.
Ana mira la mosca.
A Ana la mosca le produce asco.
Ana sabe que hay cosas que le producen asco.
Ana se cae en el temido precipicio del recuerdo.
Ana mueve la lengua para acomodar el lápiz en su boca.
Ana se acuerda de su cara el primer día que se vieron.
Ana se rasca el codo e intenta volver a oler el olor que tenia el primer día que se vieron.
Ana hace un esfuerzo para acordarse que llevaba puesto ese día.
Ana frunce el seño en señal de duda.
Ana se acuerda detalladamente de lo que ordenaron para comer el quinto día que se vieron.
Ana escucha voces y agradece no reconocer ninguna.
Ana piensa en que todavía se acuerda de sus dedos marcando su número de teléfono.
Ana empieza a babear el lápiz y no se da cuenta.
Ana hace una pausa y piensa que las moscas no le gustan.
Ana se acuerda del número de la habitación en donde hicieron el amor por primera vez.
Ana se cruza de piernas apretando los muslos.
Ana mira la hoja y nota que no sabe nada sobre literatura norteamericana.
Ana quiere dejar de pensar.
Ana piensa en como les gustaba andar en colectivo y mirar palomas.
Ana se acuerda de su mano apretada en su cuello.
Ana absorbe la saliva del lápiz y lo muerde con mas fuerza asegurando que no se caiga.
Ana desea poder acordarse del nombre de aquella canción.
Ana se acomoda el corpiño y siente sus paletas hundiéndose en el lápiz.
Ana piensa que el lápiz podría ser de otro color y también le serviría.
Ana se acuerda de cómo el timbre de su casa sonaba diferente anunciando su llegada.
Ana se pregunta que tendría que haber cambiado para que todo fuese diferente.
Ana vuelve a fruncir el seño en señal de duda.
Ana siente el ardor en su cara después de una tarde de infinitos besos.
Ana odia a la mosca.
Ana se acuerda de la cara que ponía durante el orgasmo.
Ana aprieta los muslos con mas fuerza.
Ana se ríe de las cejas del hombre que la llevo a la habitación del hotel donde hicieron el amor por segunda vez.
Ana se relame acordándose de lo que comió cuando terminaron de hacer el amor.
A Ana le pica el talón y no se puede rascar.
A Ana cada vez le pica mas el talón.
Ana se acuerda de cómo llevaba su pelo el día que le confeso todo.
Ana acomoda el lápiz en su boca de una forma extraña, haciendo preocupar al muchachito que la mira hipnotizado desde hace rato.
Ana no sabe que le da mas asco, si la mosca o el muchachito.
Ana se acuerda del día que tuvo que tirar las flores podridas.
Ana se tapa los oídos con fuerza.
A Ana le resuena, perturbante, el ruido del tacho de basura cerrándose.
Ana se enoja.
Ana detesta al conserje y sus preguntas idiotas.
Ana hace fuerza con la lengua para acomodar el lápiz, el muchachito no entiende nada.
Ana se acuerda de esa plaza maldita.
Ana piensa en la puta lágrima que corría por su mejilla.
Ana ya no hace fuerza con los muslos.
Ana se acuerda las ganas de gritar que tenía.
Ana maldice la astucia de que se lo haya confesado en un lugar público.
A Ana no le gusta hacer pis en los baños del subte.
Ana esta roja, transpirada, y tiene las cejas juntas.
A Ana ya no le pica el talón.
Ana se acuerda de los mensajes sin respuesta.
Ana sigue moviendo el lápiz con la lengua de una forma extraña.
Ana consigue que el muchachito de al lado se vaya.
Ana piensa en la ironía de conseguir a alguien que se vaya.
Ana no cree que se vaya a presentar al examen de literatura norteamericana.
Ana hace fuerza con la lengua.
Ana hace mucha fuerza con la lengua.
Ana se acuerda de sus manos desnudándola.
Ana siente el lápiz llegando.
Ana se acuerda de su sonrisa perfecta y de sus relatos.
Ana siente su lengua lamiéndola.
Ana usa su lengua para empujar el lápiz.
Ana entierra el lápiz en su garganta.
A Ana se le para una mosca en la frente.
Ana falta al examen de literatura norteamericana.